UNO

"Cuando UNO escribe, el lector es UNO." - Jorge Luis Borges

24 enero 2006

Justicia intemporal

Hoy he visto en un telediario indeterminado una noticia sobre un preso norteamericano acusado de una violación al que han dejado libre después de que una prueba de ADN demostrara que no era culpable. Eso sí, después de haber pasado 24 años en la carcel.

También vi hace unos días la noticia de que ha sido devuelto un coche a su propietario después de 30 años de haberse producido el robo.

Y, ligado con lo anterior, he visto que el Ayuntamiento de Salamanca y el Partido Popular no cejan en su empeño de impedir que se restituyan los documentos robados en la Guerra Civil a sus legítimos propietarios, con la excusa de que son "hechos históricos". Vamos a ver, una injusticia no deja de serlo por muchos años que pasen. Cierto es que en muchos casos el agraviado, por haber muerto (en el caso de una institución, por haber desaparecido) o por no querer ejercer su derecho, no exige la reparación de la misma incluso cuando se dan las circunstancias para poder hacerlo, pero eso debe ser siempre potestad del agraviado, no un acto de gracia del agraviante. ¿Ejemplos? Paises como Grecia o Egipto han empezado, hace ya algún tiempo, a reclamar las obras de arte y monumentos que las potencias occidentales se llevaron de esos paises sin autorización, o que los descendientes de los judíos exterminados en campos de concentración que depositaron sus bienes en bancos de Suiza les hayan reclamado que se les restituyan tales bienes, que en justicia les pertenecen. Naturalmente, están todos ellos en su derecho, es la reparación de una injusticia.

Es chocante que un alcalde y un partido que se dicen democráticos se amparen en hechos delictivos (un golpe de estado lo es) para retener, o al menos intentarlo, documentos que reclaman, justamente, sus legítimos propietarios. Es chocante que se amparen en la integridad de un archivo documental instaurado por los golpistas con los documentos sustraidos por la fuerza a los gobiernos democráticos de entonces, derrocados de manera ilegítima. Es realmente chocante que esas personas e instituciones que dicen defender la libertad y la justicia pretendan, precisamente, perpetuar una injusticia.